Domina nuestros inconscientes, en los sueños, en los intervalos. Uno más arriba que otros, diciendo: "Me he quedado solo". Diviso murales blancos con sombras imponentes. Hay otros dos que se van, uno tras de otro en un carro, dispuestos a abandonar su vida, dejar atrás toda una era.
Y yo, sólo hablé con ellos, con los dos que salieron y observé, a los imponentes, hablar.
Todos abandonan el recinto y, puedo jurar, el vejete seguirá adentro.
martes, 21 de octubre de 2008
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